Más sombras que luces, explosiones, armas de fuego, muerte, desolación o dureza conforman la tónica de una exhibición en la que la temática del sufrimiento infantil cobra el máximo protagonismo, y que se refleja una y otra vez a lo largo de toda la muestra.
"Los niños fueron el tema que siempre me movió antes de comenzar a pintar, (...) y el maltrato masivo a los niños es algo que nunca me soltaba. El arte me pareció el único modo de manejar lo que me preocupaba", explicó el autor.