International Press
August 12, 2013
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El Cronista
Cómo recorrer Viena y disfrutar de una las capitales del arte mundial
IGNACIO GUTIÉRREZZALDÍVAR
Ocho horas, cinco centros culturales y 500 años de arte a orillas del Danubio permiten descubrir obras de Bosch; Monet; Rubens; Guardi; Rafael; Matisse o Vermme
Además, descubrimos en una retrospectiva de más de 100 obras, al mayor hiperrealista austríaco: Gottfried Helnwein. Tiene 65 años, vive entre Los Ángeles e Irlanda y sus obras son extraordinarias. Sus primeros trabajos son muy agresivos, con niños deformados y ensangrentados, pero sus últimas pinturas gigantes son emocionantes. Aun no tiene un gran mercado y sus mayores ventas han sido en u$s 100.000. Creo que hay que comprar obras de él y trataré de hacer una exposición en Buenos Aires.
Helnwein-retrospective at the Albertina Museum Wien
2013
Hacía dos décadas que no venía a Viena y mi recuerdo eran Klimt, Rubens y Durero. Es fabulosa la calidad de las colecciones austríacas y sin duda que Viena es mucho más que Sissi, los palacios y las tortas.
A la hora de realizar una recorrida por la ciudad empiecen por lo menos promocionado, la Academia de Arte, donde se estudia Bellas Artes (palabra fundamental y olvidada por las nuevas generaciones).
Allí se encuentra una de las tres obras capitales de Jeronimus Bosch, para algunos el primer surrealista de la historia, quien fue uno de los primeros en pintar al óleo, mientras Colón descubría América. En sus salones podrán ver 50 Rubens, uno de ellos quizás el más maravilloso desnudo; y cuatro obras fundamentales de Francesco Guardi; otras 600 obras. No concurre mucha gente y la entrada es de cinco euros, cuando el promedio es tres veces más en otros museos europeos.
Caminando tan sólo 300 metros se llega a la maravilla del Museo de Historia del Arte donde, en el primer piso, se ven 500 años de lo mejor creado por los artistas en el mundo. Se emocionarán con la obra más importante de Vermmer, “La Lección de Arte”, que el autor diera en garantía por un préstamo a su suegra, y que siglos después se disputaran Hitler y Goering. Si sale del museo hay que asegurarla en unos u$s 500 millones. Sirvió de inspiración a muchos, entre otros al genial Salvador Dalí. Con un recorrido perfecto, caminamos 10.000 metros de salas y nos encontramos con una ‘Virgen’ de Rafael que cualquier museo tendría como obra principal. También con otras 10 obras fabulosas de Tiziano; tres Caravaggio que estremecen; los mejores Rubens que verán, incluidos dos grandes encargados por la Compañía de Jesús con San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier. Hay además, obras de su mejor discípulo, Antonio Van Dick, y fabulosos Memling, Durero; ocho obras de Velázquez; los mejores testimonios de Bernardo Belotto en Viena y Dresden. Y como si esto fuera poco, cuatro Archimboldo.
La sala, con una docena de obras de Peter Brueghel, es única en el mundo y fue un revolucionario que sorprende. También tienen arte antiguo en planta baja y en el segundo piso, pero lo dejamos de lado y nos cruzamos 100 metros al Leopold Museum, con la mayor colección del mundo de Egon Schiele y lo mejor de los últimos 150 años de arte austríaco.
Edificio espléndido que le encanta a Jose Octavio ‘Pilo’ Bordon. Pero nos vamos a la Albertina, que tiene la mayor colección de dibujos y acuarelas de “muchachos” como Rubens y Durero, y que también hace grandes exposiciones. Actualmente, está ‘De Monet a Picasso’, que arranca con unos Nenúfares inacabados y fabulosos de Claude Monet en su jardín de Giverny, y sigue con 200 obras que son la historia del Siglo XX en el arte universal; Cezanne; Modigliani; los mejores rusos; los expresionistas alemanes con Ernst Ludwig Kirchner que deslumbra; Matisse; Picasso de todas las épocas. Una locura.
Además, descubrimos en una retrospectiva de más de 100 obras, al mayor hiperrealista austríaco: Gottfried Helnwein. Tiene 65 años, vive entre Los Ángeles e Irlanda y sus obras son extraordinarias. Sus primeros trabajos son muy agresivos, con niños deformados y ensangrentados, pero sus últimas pinturas gigantes son emocionantes. Aun no tiene un gran mercado y sus mayores ventas han sido en u$s 100.000. Creo que hay que comprar obras de él y trataré de hacer una exposición en Buenos Aires.
Como no podía ser de otra manera, fuimos a saludar a Gustav Klimt en el Palacio del Belvedere, con un montaje único y extraordinario y una completa visión de su pintura, su obra más famosa ‘El Beso’, cargada de erotismo y buen gusto. Luego cruzamos los 300 metros del fabuloso jardín y nos encontramos con dos exposiciones temporarias, una fabulosa titulada Los Simbolistas, con Gustav Moreau, todos los austríacos y la inigualable ‘Judith’ del fundador de la Secessión: Klimt.
Pocas ciudades del mundo permiten recorrer cinco centros culturales en ocho horas. Viena es una de las 10 capitales del arte en el mundo. Agosto no es muy recomendable; con 35 grados a la sombra, las visitas a castillos con 100 hectáreas de parque nos dejan fuera de combate. Pero este recorrido no agota porque los museos están climatizados y, además, ante tanta belleza uno se convierte en atérmico.




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